1981 - Canción de esquina

  1. El loco
  2. Canción de esquina
  3. Obra maestra
  4. A ciento treinta
  5. Te quiero al alba
  6. Almería
  7. El perro viejo
  8. Agarrate macoco
  9. Callejones
  10. El viento y el polen
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El Loco

Yo soy el loco que pintó una calabaza en carnaval
y que sembró de mariposas el invierno.
Abrí caminos imborrables en el cielo y en el mar
y a un toro negro até dos rosas en los cuernos.

Tengo una casa donde habita solamente el viento sur
y unos zapatos para leguas infinitas.
Vendo mis cuadros en las ferias de Managua y Estambul
y pinto noches y caballos selenitas.

Yo sólo quiero
la rosa de lo imposible,
beber el vino
que embriaga a los locos libres,
doblar campanas
contento de haber nacido
y en una noche
hacerte un verso y un niño.

Te traigo perlas de las lluvias de las selvas del Brasil
y con estrellas me encadeno a tus tobillos.
Desde la altura de tu frente dónde vuela el colibrí,
sueño con tintas hechas con harina y lirios.

Cuando conquiste la blancura de tu cama y de tu amor
habré tocado el picaporte de lo eterno.
Me vestiré con los cristales de tu risa y de tu voz
y partiré para empezar siempre de nuevo.

Yo sólo quiero…
(bis)

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Canción de esquina

Gatos aledaños,
perros de horizonte,
niñas que duermen
soñando con hombres.

Abuelitos curvos,
con sienes de harina,
carpinteros locos
de viruta fina.

Gordo verdulero,
mente de barriga
y a la solterona
y al oficinista.

Y a esos albañiles,
que van de ciclistas,
pedaleando lunas
de blanca amatista.

Al burro que viaja,
rompiendo el rocio,
al gallo que canta
al vecino querido.

Al pan y a la leche
y a los hijos mios,
aquí va este canto
que es de un buen amigo
que cuando despierta
ya todos se han ido.

"La vida es hermosa me lo dijo un viejo que plantó un zapato en el cementerio",
pero amaba el mundo por el "lao" de adentro, y se fue cantando sólo y con lo puesto, ¡mamá!, sólo y con lo puesto."

Mi viejo no lleva cruces
ni corona,
sino bajo el brazo
versos y amapolas.

Del futuro viene,
como la semilla,
agua sol y barro
y, un buen día, espiga.

Nadie empuja al tiempo
ni engaña a la vida,
al amante besos
y al falaz olvido,

La injusticia al fondo
de los precipicios
y los hombres libres
sin otro presidio
que los horizontes
del fin y el principio.

"La vida es hermosa me lo dijo un viejo que plantó un zapato en el cementerio,
pero amaba el mundo por el "lao" de adentro, y se fue cantando sólo y con lo puesto,¡mamá!, sólo y con lo puesto."

Y, ahora, buenos días.
Tengan buena vida.
Que haya pan y fuego
para sus cocinas.

Y en este platillo
ponga moneditas,
tantas como valga
mi canción de esquina.



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A ciento treinta

¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!

Embriagadas de velocidad,
las casas corren y se desnundan
y se arrojan al vacío
y las devora la noche oscura.

¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!

Destrozado por su libertad,
crucificado en su postura,
cada tanto, un perro muerto,
muerde las ruedas de la penumbra.

¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!

¡Nadie me puede alcanzar!
Todos duermen lentamente,
y, enredada en mi pedal,
va la vida y va la muerte.

¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!

Y, de pronto, se levanta el Sol
y va alumbrando de su asadero,
y yo, pisando el acelerador,
voy despertando de un largo sueño.

¡A ciento treinta rodar!
voy despertando de un largo sueño.
¡A ciento treinta rodar!
voy despertando de un largo sueño.

¡Nadie me puede alcanzar!
Todos duermen lentamente,
y, enredada en mi pedal,
va la vida y va la muerte.

¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!
¡A ciento treinta rodar!

¡A ciento treinta rodar…!

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Obra maestra

La mujer amada, él la inventó,
la pintó en la cama con un pincel;
de carmín y grana la dibujó
en su blanca almohada junto a su fe.

Le impuso vida
abriéndole la ventana
y la perdida
no ha vuelto más a su cama,
anda en tabernas
con hombres que la emborrachan.

Y le señalan,
dicen “Mirad a ese viejo,
no tiene barco,
no tiene mar ni gaviotas,
pinta mujeres
para que habiten su alcoba.”

Y todos ríen,
quieren pagarle una copa:
”Píntanos una,
para besarla en la boca;
píntala joven,
desnuda, blanca y hermosa.”

Se cansó de todo y se decidió
a pintar billetes de gran valor
primorosamente pintó y midió
cual si fuera un monje pintando a Dios.

Salió a la calle
con su tremenda bandera
de verde y oro
para que todos le vieran
se compró un barco
ahora es un rey de taberna.

Tiene mujeres
hermosas y verdaderas.
Los marineros
miran su obra maestra,
quieren tatuajes
hechos por su mano diestra.

Pero no entienden
que él solamente quería
amar de noche
lo que pintaba de día,
amar sus obras
que es como amar a la vida.

Todo en silencio,
todo de juego y mentira.

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Te quiero al alba

Te quiero al alba
desnuda y blanca
como una estatua
nacida en la oscuridad,
como una rosa,
que entre mis manos,
forjé en la noche
con luz de luna y con sal.

Te quiero al alba,
aún nocturno,
sobre mi almohada,
soñando el mundo y el mar,
y en la penumbra
buscar tu boca,
como una copa,
que sólo yo se colmar.

Y, al despertar,
imaginar que soy la luz
y abres los ojos por mí
y verte entrar al mundo
por la puerta azul
de mi razón de vivir.
Verte crecer
sembrada en mí,
como un rosal,
atado a mi soledad,
y ser yo quien
te traiga un pez,
te traiga un pan
y te hable de eternidad.

Y, por las noches,
poner mis manos
sobre tu cuerpo
y comenzar otra vez
a descubrirte
las semejanzas
del universo
que laten sobre tu piel.

Y, al despertar…
(bis)

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Almería

Si tuviera caballo iría
por Almería, por Almería,
a besar los pañuelos negros
de esas remotas abuelas mías,
viudas del viento y los arados,
preguntaría
cómo pasó lo que ha pasado
por Almería.

Ya me he quedado en los barrancos
abuelas mías,
como si el tiempo fuera un clavo
que crucifica

¡Abuelas mías!, ¡abuelas mías!

Como si fuera la tierra mía
cabalgaría por Almería,
con sus cenizas de lunas muertas
yo vestiría la sombra mía,
y en esas cuevas de los barrancos encendería
el fuego oscuro y el humo blanco del alma mía
y quedaría en los barrancos abuelas mías,
como si el tiempo fuera un clavo que crucifica.

¡Abuelas mías!, ¡abuelas mías!

Y en esas cuevas de los barrancos…

Si tuviera caballo iría por Almería, por Almería

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Callejones

Callejones, voy andando, callejones .
Negras piedras, techos, lunas, rojas flores ,
y tabernas, marineros y canciones
van brotando entre brumas de colores .

Los relojes pican briznas de tu tiempo .
En tus ojos hay un gato, terciopelo .
En tu boca siembro sed, recojo un beso
y en los mundos de tu piel bajo y me pierdo

De tu mano junto a la luz de los faroles ,
de tu pelo un rocío de balcones ,
y entre risas de cerveza en los salones ,
tu cintura se me pierde entre acordones .

Callejones, voy andando, callejones .
Negras piedras, techos, lunas, rojas flores ,
y tabernas, marineros y canciones
van brotando entre brumas de colores .

Callejones, voy andando, callejones .
Negras piedras, techos, lunas, rojas flores ,
y tabernas, marineros y canciones
van brotando entre brumas de colores .

Callejones, voy andando, callejones .
Negras piedras, techos, lunas, rojas flores ,
y tabernas, marineros y canciones
van brotando entre brumas de colores .